Pero has cambiado,las cosas que antes te consolaban ahora solo dejan un desazón en tu mente que te arrastra a la apatía. Es difícil ser uno mismo cuando te has perdido tantas veces en este camino.
Es difícil celebrar los éxitos cuando el fracaso se aferra a tus piernas sin dejarte respirar, apresandote en tus viejos y malos recuerdos que se clavan como afiladas dagas en lo mas profundo de tu ser y solo te dejan suspirar desesperación.
Gritas calladamente, con miradas que piden auxilio y nadie sabe leerlas. Como si fueras el único que entiende tu propio cogido y yo sigo aquí rezando a la misma diosa una y otra vez. Suplicando su clemencia y que su benevolencia me envuelva hasta que el dolor desperezca.
Y una vez mas me encuentro gritando entre letras y tinta.
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