¿ Donde Estara la Diosa que Me cubra con sus Alas?
¿ Vendras abrazarme cuando mis ojos lloren? o ¿te quedaras en mi mente por siempre?
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domingo, 9 de septiembre de 2012

Tardes de manicomio...

Sin duda yo era el mas pequeño alli, con seis años de edad, seguido de Diciembre con 8 y de Evangeline con 11.  Aquellas eran mis compañeras, las unicas niñas del psiquiatrico de texas eran ellas y yo, lo demas eran pobres almas atormentadas demente y seniles abotargadas de pastillas y cansados de camas de contencion.

Las tardes eran monotonas...miles de preguntas...merendar...estudiar...salir al patio y no hacer nada...
Si aquello lo estubiera viviendo ahora, caerian miles de cigarrillos uno a uno pasados por mis dedes...pero no, en aquella tierna edad lo unico que rodaba por mis dedos eran galletas y vasos de leche...

Todo era repetitivo hasta que trajeron un piano de cola negro, lacrado y con teclas de marfil.
Estaba encerrado en un aula carente de vida, todo era blanco salvo aquel piano, pese que a mi la musica de piano ni me va ni me viene, pasaba las tardes sentado en el suelo mirandolo.
Su color, el brillo del sol sobre su madera a media tarde, me daba la vida que me quitaban aquellos barrotes y aquella ropa blanca de preso.

Poco a poco se fue haciendo mi amigo silencioso.

Mi paz tranquilzadora fue rota. Aquel piano que nadie usaba comenzo a ser tocado y su musica tranquila invadia los largos pasillos repletos de puertas de "presos" o "pacientes" como los sicologos nos nombraban.

Acusado por la curiosidad me acerque,  era el doctor Tamaki, James Tamki, mismo doctor que hacia un año me separo de mi familia y me llevo alli.
Desde luego era muy distro con la musica y tocaba aquel piano que hacia que a cualquier persona se le irizara la piel solo de escucharle.

Al cabo de las semanas, saco a Diciembre de su "celda" o "habitacion" como quieran llamarlo, y comenzo a sentarla frente al piano, aquella niña era desesperante, o al menos a mi me lo parecia, nada mas que lloraba y llamaba a su madre, por lo que se, su madre habia muerto ¿porque llamarla? los muertos no pueden volver...

Pero aquel doctor le tenia una paciencia infinita y consguio enseñarla a tocar el piano, y ella lo tocaba igual que el, de echo comenzo a ir sola a tocarlo, como ella no era peligrosa rondaba siempre los pasillos con aquel vestido blanco y largo. Siempre pegada a la pared y mirando el suelo con los ojos brillantes en lagrimas. No tenia fin para llorar, dicen que de tanto llorar uno se seca, pues mentira, ella no se seco.

Muchas tardes me retaba a ver si adivinaba quien de los dos estaban tocando el piano, nunca acerte.

James golpeaba muchas veces los dedos Diciembre indicandole que fuera mas rapido o mas lento segun la partitura lo precisara. Al poco me di cuenta de que no era el unico curioso. Alli mismo desde la otra puerta por una rendija Evangeline los miraba tocar, en el mas puro de los silencio, yo la observaba y a veces me parecia que ni respiraba. Pero no era asi, de no haber respirado abria muerto.
Yo no fui el unico en darme cuenta de la presencia de Evangeline, mientras James fingia adoctrinar a Diciembre la miraba, contemplaba como ella seguia los dedos de Diciembre sobre el teclado de marfil y avistaba en su mirada cuando la pequeña se equivocaba y sonreia levemente, imagino que con una senscion trinunfal de a ver adbertido que aquella niña se esquivocaba.

Aquello tambien se fue convirtiendo en rutina, James convirtiendo a Diciembre en una pianista, yo mirandoles en silencio desde la puerta del pasillo y Evangeline escondida en el armario de los tratos como si nadie supiera que estaba alli. Yo creo que la unica que no se dio cuenta nunca de su presencia fue Diciembre.

Caian los meses y nada cambiaba. Hasta que en primavera Diciembre enfermo y James dejo de llevarla a tocar el piano, pero seguia él. Tocando claramente, aun puedo cerrar los ojos y escuchar aquella melodia tranquila y docil en mis oidos.

Fue entonces cuando el doctor estaba de esapaldas al armario de los trastos sentado en la vanqueta que se dirigio a Evangeline- ¿Quieres aprender a tocar? -le pregunto mientras pasaba unas de las ojas de la partitura-

-Yo ya se tocar el piano-fue la respuesta de Evangeline hacia el doctor. Aquello hizo sonreir a James, una risa perfecta, de dientes perfecto bien alienados y blancos, seguro que no fumaba.
-¿entonces porque no me lo demuestras?- le pregunto mientras palmeaba el asiento invitandola a ir-
Ella sin mas salio del armario, tambien con su vestido blanco de psiquiatrico y se sento junto a el doctor, aparto con cuidado las manos de él y sin mas cerro los ojos y de memoria comenzo a tocar unas notas bastante complicas casi sin equivocarse en ninguna- ha pasado mucho tiempo desde que no toco uno-advirtio ella al doctor para escusarse, ¿como que a pasado mucho tiempo?, me pregunte, si solo tiene once años, ¿desde hace cuanto que sabe tocar un piano?, es mas ¿desde hace cuanto  que no toca?, mi mente estaba llena de preguntas y aquel spquiatrico me rallaba aun mas, no comprendia a sus pacientes y mucho menos a Evangeline. Era mas rara que Diciembre, pero al menos yo no la vi llorar nunca. Ni nunca supe el motivo de estar ella alli.

Poco a poco la rutina se hizo diferente, Diciembre no salia de su enfermedad y cada vez estaba peor, cercana a la muerte, nunca mas se la vio por los pasillos y nunca mas supe de ella., si murio o fue trasladada a un hospital, en aquella epoca era toda una incognita para mi que nadie me respondia por mas que preguntara."William tu no haces las preguntas, las preguntas las hacemos nosotros" era todo lo que aquellos super sicologos me decian.

Cada tarde, cuando el sol ya no daba en aquella habitacion, James y Evangeline la invadian, y tocaban juntos. Recuerdo el mimo de James mirandola como si ella fuera el sol, mientras deslizaba sus dedos por el instrumento, como la indicaba que moviera los dedos mas deprisa mientras ella hacia torpes movimientos con aquellos dedos tan cortitos que apenas bastaban para llegar de un lado a otro.
Corregia la postura de su espalda y la ayudaba en los peadales los cuales quedaban lejanos a sus pies.

-Tienes una mano pequeñita-le decia el mientras se la cogia y besaba sus dedos, recuerdo la cara de Evangeline, parecia que todo lo que tubiera que ver con su baja estatura o con su edad la sentaba francamente mal y mas de una vez reacciono violenta alejado a James de ella y cerrando la tapa del piano lo cual hacia vibrar las cuerdas y aquel sonido se clavaba en mis oidos.
Pero pese a que James la sacaba de quicio y decia cosas que a ella no le gustaban, tarde tras tarde volvia para tocar con el piano.

Por lo que e sabido despues, James siempre quiso tener una hija, y no pudo. Imagino que la imagen de Evangeline tan pequeña, aquel caracter agrio que el sabia llevar con buen humor, el compartir tanta cosas con ella y el parecido fisico que compratin fue suficiente para que este doctor tubiera un cariño especial hacia esta paciente.







/// Musica para ambientar : http://www.youtube.com/watch?v=Dyo4tNwNIvQ La Valse D'Amelie ( piano version )  ///

















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