¿ Donde Estara la Diosa que Me cubra con sus Alas?
¿ Vendras abrazarme cuando mis ojos lloren? o ¿te quedaras en mi mente por siempre?
...

jueves, 25 de agosto de 2011

Historias del pasado...

Gatito Gatito Gatito...

Ultima-mente no dejo de acordarme de ella...¿Quizás me siento culpable por estacarla?...parece como si siguiera conmigo...su aroma...su presencia...tu ausencia me va a volver loco...


-Era la una de la madrugada, William caminaba junto a Evangeline, ambos hacían una pareja de lo mas peculiar, una niña de 11 años  y un niño de unos 13, juntos por las peores calles de Columbus ( Texas ) sus manos se entrelazaban, las de William temblaban ligeramente, pero Evangeline caminaba mirando el frente sin un ápice de miedo o nerviosismo en su precioso rostro inmaculo de cicatriz alguna.

-Tu que date aquí-dijo la niña mientras arropaba a William con el abrigo abrochando le hasta el ultimo boton y lo conducía hacia la entrada de un hospital de urgencias.
El pequeño asintio- Ten cuidado Evangeline..
-le dedico una sonrisa donde dejo ver sus perfilados colmillos blancos como la leche- No temas por mi niño Doneville-
Antes de que William pudiera parpadear la vampiro se había sumido a la niebla de la noche desapareciendo sin dejar ningun tipo de rastro. Suspiro largamente adentrando se en el hospital, esperando que ella volviera a recogerle, como si de un niño abandonado se tratase, y esperase el regreso de su madre.

-Como siempre en aquel horrible bar de mala muerte de suelo pegajoso cristales rotos y mesas atestadas de chicles, se encontraba él, un chico de cabello cobrizo ojos grises y la cara llena de Piercings, tenia una mirada seria mientras que rasgue aba las cuerdas de su guitarra española, cantaba suave, no tenia mala voz, pero era algo que en aquel bar, el no sabia sacar provecho.
Evangeline lo contemplaba con verdadera admiración en el rostro, aquel chico le parecía perfecto.

De vez en cuando alzaba la vista hacia el publico y siempre se topaba con la mirada de la vampiro, algo en ella la encitaba a mirarla.

Noche tras noche, durante 17 noche fue a verlo sin decirle tan  siquiera una palabra, solo iba para que el supiera que ella, estaba allí, y estaba allí por el.

-¿Así que...se hace llamar Salem?- Susurraba a Evangeline al camarero mientras que le acariciaba el pecho y le miraba con extrema picardia-
s-si-si-titubeo el hombre sin dejar de mirarla- Viene aquí a tocar todas las noches, no descansa ninguna.
-Bien-Dijo la vampiro dejando un billete pequeño sobre la mano del camarero- Vendré mañana.

Aun con todo el ruido de la sala, el camarero pudo escuchar el tintineo de la pareja de cascabeles que Evangeline llevaba al cuello.

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